Desde el templo del Lucero: Arquitectura civil doméstica
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sábado, 9 de marzo de 2024

La casa del Marqués de Casa Arizón en 1988 (I)

 

Casa del marqués de Casa Arizón en 1988. (Foto: Mariqui Romero).

Ana Gómez Diaz-Franzón

Dra. Historia del Arte


En este artículo, publicado en 1988 (El Semanal, Suplemento Cultural, N.º 6. Sanlúcar, 1988), se describe el conjunto de casas-almacenes, propio de cargadores a Indias, del marqués de Casa Arizón (siglos XVII-XVIII), situado en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), por entonces el más completo y mejor conservado de Andalucía.

Al año siguiente (1989) el inmueble fue vendido por la familia Arizón a la empresa inmobiliaria Dainursa, propiedad del economista Ramón Tamames y el arquitecto Javier Olaciregui, más tarde denominada "Casa Grande Arizón, S. L.". También en 1989 fue declarado BIC, quedando el conjunto abandonado durante veinte años, para más tarde ser destruido y convertido en pisos y hotel, que terminaría siendo subastado por declaración de ruina del propietario. Este último proceso de degradación será recogido en un próximo trabajo.

Se ha respetado el texto original de 1988, al que sólo se han añadido algunas notas aclaratorias entre corchetes.

Se han incorporado nuevas fotografías respecto al artículo original.

El artículo original se puede consultar en Academia.edu.


Conjunto residencial-comercial.

Importancia del edificio.

El estudio y conocimiento de la Casa del Marqués de Arizón es de sumo interés para comprender la arquitectura civil sanluqueña del siglo XVIII y, específicamente, de las casas de los cargadores a Indias, construidas durante esta época en el marco geográfico de la Bahía de Cádiz.

La función comercial, además de la residencial, de estas casas van a incidir directamente en su conformación estructural y en la inclusión de algunos elementos arquitect6nicos muy concretos.

Esta tipología se va a desarrollar evolutivamente, a medida que crecía en importancia la actividad comercial del cargador de Indias, reflejándose siempre ese doble carácter de su funcionalidad en el binomio: zona residencial-zona comercial, almacenándose en ésta ultima las mercancías para el embarque.

El conjunto edificatorio es, por tanto, un testimonio importante para conocer el papel histórico que ha jugado la ciudad de Sanlúcar en las relaciones comerciales establecidas durante los siglos XVII y XVIII, no sólo con respecto al continente americano, sino también en las referidas a la cooperación económica entre el comercio catalán y el andaluz, debido a los intensos contactos que tuvo la Casa de Arizón con Cataluña.

Aunque existen otros edificios en Sanlúcar que poseen características semejantes a la Casa de Arizón (situadas en la calle Trascuesta, plaza de la Salle, calle Bolsa, calle Caridad, etc.), es ésta la que reviste una importancia excepcional, ya que es el único conjunto completo que, tipológicamente, contiene todos los elementos propios de la casa de un cargador de Indias, referidos a su doble función y hablándonos de la activa participación que tuvo Sanlúcar en la aventura americana durante los siglos XVII y XVIII.

 

Ubicación y entorno

La ubicación del edificio vendrá determinada por su función comercial, erigiéndose en el antiguo Barrio de la Balsa, que se conforma a partir del siglo XVI, junto a la línea de playa, por pescadores y hombres del mar. Este arrabal marinero resurgirá tras un periodo de decadencia, a finales del siglo XVII como una zona de gran actividad comercial y marítima, motivado por la construcción de un muelle, en 1688, al pie del castillo del Espíritu Santo que, aunque no llegó a finalizarse, sirvió como embarcadero durante bastante tiempo, edificándose al mismo tiempo y para su defensa el fuerte de San Felipe, destruido a lo largo del siglo XVIII por la acci6n corrosiva del mar.

La familia Arizón, a su llegada a Sanlúcar, elegirá este lugar clave para centralizar su residencia y sus transacciones comerciales. Actualmente [1988], el edificio se desarrolla conformando parte de una manzana, dando fachadas a tres de las calles, esto es, a la calle Banda de la Playa, callejón de los Félix [desaparecido] y a calle Divina Pastora, donde se abre la fachada principal.

 

domingo, 25 de febrero de 2024

El palacio Orleáns-Borbón de Sanlúcar de Barrameda (actual Ayuntamiento)

 

Palacio Orleáns-Borbón. Fachada posterior. (Foto: Mariqui Romero, 1989).


Ana Gómez Díaz-Franzón

Dra. Historia del Arte

 


Allí extendió el horizonte de su dominio a medida que avanzaba su pensamiento… el príncipe pudo integrarse en Oriente. Su palacio tiene el extraño aspecto y la irregular belleza de las moradas de aquel país de genios.

(Antoine de Latour, en La Bahía de Cádiz, 1857).

 

El Palacio Orleáns-Borbón (1852-1876), inscrito en el Catálogo General de Bienes del Patrimonio Histórico de Andalucía en 2007, ubicado en uno de los ángulos de la antigua muralla, fue rehabilitado entre 1987 y 1990 para la instalación del Ayuntamiento de Sanlúcar.

Tiene su acceso principal en el ángulo que forma la cuesta de Belén con calle Caballeros por donde, a través del afrancesado tratamiento arquitectónico de la entrada, penetramos en un exquisito jardín romántico que nos transporta a un mundo íntimo y orientalista, pletórico de color y fantasía.


Palacio Orleáns-Borbón. Pinturas del techo del Salón Bambú (actual Alcaldía). Retrato de los duques de Montpensier vestidos a la oriental. (Foto: Mariqui Romero, 1989).

El palacio fue mandado edificar por los duques de Montpensier, Antonio de Orleáns y María Luisa Fernanda de Borbón, hermana de la reina Isabel II, como residencia veraniega, cuando llegaron a la Baja Andalucía tras el derrocamiento en Francia del padre del duque, el rey Luis Felipe de Orleáns, y se instalaron en el  palacio de San Telmo de Sevilla.

La edificación agrupa tres antiguas construcciones de distintos estilos y cronologías: de izquierda a derecha, el antiguo Seminario Conciliar de San Francisco Javier (edificio religioso instalado sobre una antigua casa del XVIII, adquirido por el Duque en 1853); la casa de los Páez de la Cádena (de tipo civil doméstico, de finales del XVII, comprada en 1851); y parte del antiguo convento de La Merced (construcción religiosa de 1625, adquirida primero a censo (1857) y luego por compra (1882) a los duques de Medina Sidonia). A estos tres inmuebles, se agregaron las bodegas y caballerizas con fachada a la calle Baños (1861).

Estas fincas constituyeron el soporte del gran recinto palaciego (6.592 m2 edificados) que no se construyó de nueva planta sino que, conservando las estructuras de los edificios preexistentes (aquí radica uno de los valores históricos del palacio), fueron unificados adaptándolos a su nueva funcionalidad, mediante alineaciones en fachadas y ampliaciones, dotando al conjunto del orientalista revestimiento exterior.


sábado, 17 de febrero de 2024

El ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda descataloga un chalé protegido para demolerlo y edificar pisos.

 Opinión Patrimonio Histórico Sanlúcar


Por Resolución de la Alcaldía de Sanlúcar (20-11-2023) y gestión de la Presidenta de la Gerencia de Urbanismo, Sra. Mónica González Pecci (PSOE), se ha aprobado un Plan Especial para suprimir del Catálogo de Edificios Protegidos un chalé situado en la Avenida de las Piletas, para que se pueda demoler y construir pisos.

Se trata de un chalet protegido (fachadas y cubierta) edificado en 1952, por el arquitecto José Delgado Lejal, para Felipe García Boceta, a quien el Ayuntamiento le cedió en 1948 los terrenos gratis (2.091 m2) con la condición de edificar, como se venía haciendo desde principios del siglo XX en las Avenidas de Bajo de Guía y Las Piletas. Una vez edificada la parcela, se le entregaban las escrituras de propiedad.

Este edificio, junto al de Ambrosy (en Avda. de la Estación), también con proyecto de Delgado Lejal, suponen los epígonos del estilo regionalista en Sanlúcar, ya que está edificado con esta estética.

José Delgado Lejal, reconocido arquitecto andaluz de la segunda mitad del siglo XX, realizó también en Sanlúcar el primer Plan de Ordenación Urbana en 1949 y la barriada de viviendas agrícolas en 1945, además de la bodega San Vidal para Bodegas Argüeso. Este arquitecto está incluido en el Catálogo abierto de Arquitectura Moderna y Contemporánea de Cádiz, así como en el inventario "Cincuenta años de Arquitectura en Andalucía".

sábado, 18 de febrero de 2023

Nueva datación y posible autoría de la “Casa del Reloj” de Sanlúcar. El valor documental del pequeño impreso.

                                                                                   Ana Gómez Díaz-Franzón

                                                                           Dra. Historia del Arte


Dentro de la tradicional historiografía del arte, el pequeño impreso litografiado -etiquetas, carteles, menús, notas de precios o facturas-, ha sido muy denostado y menospreciado, tanto por su carácter efímero y desechable, como por su condición de piezas seriadas. Si bien, en las últimas décadas está siendo revalorizado por sus valores históricos, estéticos y documentales. Así lo han puesto de relieve  historiadores como Enric Satué, (1997, 11), Francesc Fontbona, 1988, 527), o Carrión Gutiez (1993, 14). Este último defiende la importancia que poseen estas “publicaciones menores” como documentos históricos y sociológicos:


“Lo singular y ocasional, lo que tuvo importancia informativa para una vez, puede adquirir importancia social; lo que sirvió para un caso concreto puede ayudar al descubrimiento de leyes sociales o históricas. Y no es sólo que el contenido de un documento adquiera un nuevo núcleo de interés, sino que todo el documento —y no sólo su texto o su mensaje— se convierte en información, en materia prima para la edificación de la historia local o para la investigación social.”[1].




En este caso, destacamos el valor documental de una factura, localizada en el Archivo Municipal de Sanlúcar de Barrameda, perteneciente al “Almacén del Reloj”, fechada en 1883 y emitida al Ayuntamiento por la compra de diverso material (bujías, guita, papel, fósforos, etc.)[2]. Esta pieza nos ayuda a fechar la reedificación de la llamada Casa del Reloj por el reloj de sol que culmina el inmuebles y que se halla situada en la calle Bolsa, esquina a calle Cruces.



En la cabecera de la factura aparece litografiada una reproducción del almacén y casa del Reloj, tal como quedó tras su reforma, que tuvo que producirse entre 1879, fecha del fallecimiento de León de Argüeso, y 1883, año anotado en la cuenta. Asimismo, por situarse en una esquina urbana, como era característico de este tipo de almacenes, aparecen en el impreso dos direcciones: calle Bolsa, 18 y calle Cruces, 8. (núms. antiguos). Hoy, la casa tiene su entrada por calle Cruces o Juan de Argüeso.

En el establecimiento comercial de esta casa inició su trayectoria empresarial León de Argüeso y Argüeso, fundador de las bodegas de su nombre. (Al respecto se puede consultar en este blog el artículo León de Argüeso y Argüeso (1801-1879). León de Argüeso adquirió esta casa entre 1831 y 1847.

Casa en calle Cruces, aledaña a Casa del Reloj. Atribuida al arquitecto Antonio Arévalo.

En el libro Arquitectura del veraneo y su época (1900-1950)[3], publicado en 2011, atribuí la reforma de esta casa del Reloj al arquitecto Antonio Arévalo Martínez en 1895, pues este año Juan de Argüeso solicitó modificar la fachada de su casa en la calle Cruces, 5 (antiguo)[4]. Sin embargo, ante la nueva evidencia documental y loa datos que arrojan la factura citada, cabe vincular esta obra a la casa aledaña a la Casa del Reloj, en calle Cruces-esquina a calle Benegil, que también fue propiedad de Juan de Argüeso. 

La atribución del proyecto al por entonces Arquitecto Municipal, Antonio Arévalo Martínez, se fundamentaba no sólo en la situación en la calle Cruces, sino por las similitudes estilísticas que presentan algunos elementos de la casa del Reloj con algunas obras de Arévalo, como la decoración del pretil superior –pequeñas pilastras decoradas con figuras geométricas estrelladas, semejantes a las utilizadas por Antonio Arévalo en la Plaza de Toros en 1900- y el penacho esquinero con reloj de sol, que se adscribe a una primera estética modernista.


jueves, 16 de febrero de 2023

Rehabilitación del Castillito de Bajo de Guía de Sanlúcar: otra chapuza ilegal

Opinión Patrimonio Histórico de Sanlúcar.

Castillito de Bajo de Guía, antes y durante las obras. (Fotos: Ana Gómez y Salvador Daza).

La rehabilitación de este edificio protegido ha infringido todas las normativas urbanísticas y la Ley de Patrimonio Histórico:
- Alteración cromática de las fachadas con veladura de pintura que ha ocultado los materiales originales. (Fachadas protegidas)
- Desaparición de la verja original de hierro.
- Colocación de cerramiento de acero corten en toda la finca, incluso en el hermoso pórtico de entrada.
- Colocación de bajantes de cobre en las fachadas.
- Pintado de color blanco de zonas superiores y terrazas, que producen un intenso contraste con el resto del edificio.
- Tala de árboles y arbustos preexistentes en el jardín (protegidos).


TARDE, MAL, INDEFINIDO, Y SEMI-PRIVATIZADO.

Cuando un edificio está protegido estructuralmente (B), como es el caso, hay que conservar las fachadas y su estructura constructiva.

¿Por qué en Sanlúcar se está faltando reiteradamente a la normativa y se están alterando y falseando importantes muestras de nuestro Patrimonio Histórico?
El arquitecto que diseñó este antiguo hotel de veraneo del general González Montero, edificado entre 1908 y 1912, fuera el proyecto de Aníbal González, Antonio Arévalo u otro, lo concibió en estilo modernista, combinando conscientemente diversos materiales, colores y texturas en las fachadas.

Alteración cromática acometida en el Castillito durante las actuales obras.

En origen, mediante la combinación de mampostería concertada, ladrillo visto, sillería de piedra ostionera y elementos cerámicos, se trataba de establecer un impactante efecto visual, como se hizo en las vecinas Villa Isabel o Villa Luz (ambas de Aníbal González), entre otros edificios de la época. Esta riqueza cromática de las fachadas era uno de los principales valores artísticos del inmueble, que se ha perdido durante esta mal llamada rehabilitación.
Así, durante la rehabilitación actual se ha falseado la imagen primitiva del edificio Se han homogeneizado con una veladura o pátina blancuzca todas las fachadas de la zona principal del inmueble, que oculta sus materiales originales. Se ha sustraído al edificio original su verdad arquitectónica y su originalidad.

Detalle de la ocultación de la policromía original. (Foto: Salvador Daza).

Con esta actuación no sólo se ha vulnerando la normativa urbanística del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), sino que se ha hurtando a la ciudadanía su arquitectura histórica y el derecho a su conservación y disfrute.

La rehabilitación, que ha costado 2,5 millones de euros (aunque del destino de un millón no se tienen noticias), debería haber respetado la normativa y la arquitectura histórica. Lamentablemente, nada de esto se ha tenido en cuenta en la aberrante rehabilitación.

Ficha del popularmente llamado "Castillito de Bajo de Guía" en el Catálogo de Edificios Protegidos del Plan General de Ordenación Urbana de Sanlúcar (PGOU), donde cuenta con "Protección Global".

¡REMATANDO LA FAENA!

No tenían bastante con faltar a la normativa patrimonial, al pintar todas fachadas principales con un sólo color, alterando la diversidad de materiales que componían el estilo Modernista de esta antigua villa de veraneo, sino que también han sustituido el antiguo enverjado por una brutal valla posteada de más de dos metros de altura. ¿Dónde está la antigua verja de hierro?

¿Qué es esta borricada / barricada que han puesto en el Castillito?

Nueva valla perimetral de acero cotan oxidado. (Foto: Salvador Daza)

viernes, 26 de julio de 2013

Encuentros en la paz, 2013. Conferencia "Arquitectura y urbanismo del primer tercio del siglo XIX en Sanlúcar"

 

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Nota de prensa de Izquierda Unida.

La III jornada de los “Encuentros en la paz”, otro éxito de público con una didáctica, genial y reivindicativa Ana Gómez Díaz Franzón

La tercera jornada de los Encuentros en la Paz de 2013 ha sido a cargo de la doctora en Historia del Arte, Ana Gómez Díaz Franzón, con la conferencia de título “Arquitectura y Urbanismo del primer tercio del siglo XX en Sanlúcar de Barrameda”.

En esta ocasión, Ifigenia Bueno fue la encargada de presentar la ponente, que antes de comenzar propuso un minuto de silencio en solidaridad con las víctimas del desgraciado accidente de Santiago de Compostela haciendo. A continuación, realizó un somero recorrido por la trayectoria profesional, académica y, por supuesto, su actividad en defensa del patrimonio histórico artístico de la ciudad que desarrolla a través de la asociación cultural Aula Gerión muy reconocida dentro y fuera de nuestra ciudad.


Ana Gómez hizo una introducción sobre los fundamentos económicos y sociales en que se basó la arquitectura civil de nuestra ciudad en el primer tercio del siglo XX, afirmando que las autoridades políticas locales de aquellos años supieron consensuar el desarrollo de un urbanismo en la ciudad potenciando las grandes condiciones climáticas y paisajísticas, permitiendo y apostando por una arquitectura con los fundamentos estéticos propios de la época, que dieron como fruto a una gran cantidad de edificios singulares que todavía se pueden apreciar en la ciudad a pesar de haber sufrido muchos de ellos modificaciones poco agraciadas. Como corolario, terminó esta primera parte de su exposición aseverando que las personas que ostente cierta responsabilidad en materia de urbanismo tienen la obligación de preservar las singularidades de edificios impidiendo modificaciones en los mismos que desvirtúe la creación original de sus autores.

Posteriormente, hizo un paseo didáctico por una serie de edificios singulares de la ciudad. Desde los que están situados en el centro urbano, que definió que se trataban de casa abiertos hacia en el interior, remarcando la singularidad arquitectónica de sus construcciones y de las fachadas que en su mayoría presentaban un marcado estilo modernista muy en boga en aquella época, siendo ejemplos de ellos las casas señoriales situadas en la plaza del cabildo, calle San Juan y aledaño.

Señaló la actual Calzada como la obra que permitió la posterior urbanización de las actuales avenidas de Bajo de Guía y de las Piletas donde se construyeron una serie de hoteles para residencia de verano, todo con el denominador común de casas abiertas al exterior ya que todas tenían suficientes espacios para disponer de jardines a su alrededor. Criticó duramente la aberración que desde el ayuntamiento se ha permitido hacer en una casa del reconocido arquitecto Abel González que la han transformado en discoteca destruyendo para ello la espléndida fachada diseñada por el autor.

Con este paseo entrañable por las casas señoriales singulares de nuestra ciudad terminó su exposición, siendo muy reconocida por el numeroso público que se dio cita en una espléndida tarde noche en los jardines de Palacio escuchando, en esta ocasión, las doctas y comprometidas palabras en esta materia de Ana Gómez Díaz Franzón.

https://iusanlucar.org/la-3o-jornada-de-los-encuentros-en-la-paz-otro-exito-de-publico-con-una-didactica-genial-y-reivindicativa-ana-gomez-diaz-franzon/



Video de la conferencia en YouTuve. Sanlucardebarrameda.tv



lunes, 24 de diciembre de 2012

No dar explicaciones

 
Opinión. Patrimonio Histórico de Sanlúcar de Barrameda. 
 
 
 
Junto a la mentira y la omisión de información, que es otra forma de mentir, se ha impuesto entre la clase política el hecho de no dar explicaciones sobre cualquier asunto que interese y afecte a los  ciudadanos. Estas tres estrategias, junto a las innumerables formas de corrupción, han alejado definitivamente a la gente de sus gobernantes. En consecuencia, la falta de credibilidad en los representantes públicos se ha generalizado más allá de todo límite soportable, o lo que es lo mismo, a buen entendedor pocas palabras bastan: búscate la vida que nadie de los que votaste te va a ayudar.

Me pregunto a qué se deberá esta insufrible tendencia a la mentira, de forma más o menos solapada, y esta sistemática falta de explicaciones sobre lo que verdaderamente ocurre en las ciudades. Como respuestas sólo se obtienen de los políticos un mar de subterfugios, que dan pábulo a todo tipo de rumores y confusiones entre la ciudadanía.

Este miedo a declarar la verdad se ha instalado férreamente entre los políticos. Quizá porque piensen que reconocer errores, expresar impotencias o confesar debilidades en la gestión pública les restará votos en sus próximas campañas: su principal preocupación. Y hasta parece darles resultado, a pesar de los muchos clarividentes vecinos. Así las cosas, nada se hace por derecho, las promesas se incumplen de forma descarada y reiterada y ellos se mantienen en sus sillones.

Estas negligentes actitudes sitúan a todos estos políticos al otro lado de la integridad moral. Y de ello sólo parece darse cuenta, de vez en cuando, un avergonzado rey como Juan Carlos I o algún que otro político honesto y dimisionario.

Un buen ejemplo de este lamentable fenómeno es la situación en que se halla la denominada “Casa del Carril” de Sanlúcar de Barrameda. Anoche, 23 de diciembre, un grupo de ciudadanos decidieron vestir de navidad a esta preciosa y preciada casa del siglo XVII, cosida a puntales desde hace seis años, al tiempo que se cortaba al tráfico el Carril de San Diego, donde se ubica el inmueble, una de las más céntricas calles de Sanlúcar, con la consiguiente problemática para los vecinos, comerciantes de la zona y obstaculización del tráfico rodado.

Una casa protegida que el constructor de turno pretendía derribar para edificar sustanciosos pisos, allá por el boom inmobiliario, a cuyo especulativo fin se opuso la Consejería de Cultura de la Junta, dictaminando que no se podía demoler por ser un edificio histórico protegido, según la normativa vigente. El propietario apeló a los tribunales este dictamen y ante la eminente peligrosidad -eso dijeron aunque algunos nunca lo creímos-, el propietario, en unión de la Gerencia de Urbanismo, optaron por apuntalar el inmueble de forma tan agresiva que tuvieron que cortar la calle al tráfico por alcanzar los puntales la acera y el muro fronteros. Probablemente una forma de presión para forzar el derrumbe que no surtió los efectos deseados. Y así llevamos seis años. La explicación que corre por la ciudad: la justicia es muy lenta.

De lo que se trata es de echar la culpa a otro. La Alcaldesa, Irene García Macías, y sus compañeros del PSOE-CIS participan y abusan de esta otra manida tendencia. La culpa de la Casa Arizón la tuvo la anterior alcaldesa; la culpa del Mercado, la crisis y los recortes del PP; la culpa de la lamentable situación del palacio municipal, el gobierno central… al tiempo que la Alcaldesa se va de rositas, rumbo al Everest, a dirigir su partido en la provincia y a formar parte de la ejecutiva regional. Mucho quiero, poco abarco.

Después de recogidas de firmas de los vecinos, manifestaciones colectivas junto a la casa, pancartas reivindicativas colgadas en la valla protectora, chistes jocosos que corren por Facebook ridiculizando a la Alcaldesa (“el jardín de Inere” en ralación al foco de basura creado), protestas de asociaciones como Aula Gerión, a la que se le ocurrió preguntar por la situación de esta Casa en un Consejo de Urbanismo, hará unos cinco años sin obtener explicación alguna. Desde aquel entonces aquel Consejo “tan participativo” dejó de reunirse hasta el día de hoy, también sin más explicaciones.

Ni la Alcaldesa ni concejal alguno se ha puesto delante de una cámara para dar explicaciones a los ciudadanos sobre este asunto, que tanto afecta a los intereses económicos y patrimoniales de Sanlúcar y que se ha convertido en todo un símbolo de la nefasta gestión municipal del PSOE-CIS.

Mientras, un gabinete jurídico municipal, que no ha sido capaz o no ha querido agilizar e impulsar un procedimiento judicial que afecta a los intereses públicos y que sigue el propietario de la Casa del Carril, a la sazón tío de una concejala, y la Consejería de Cultura por denegar el derribo. Ni buscan ni consiguen solucionar el problema.
 
 
 
 
Lo último, anoche, un “alumbrado extraordinario” y reivindicativo para esta hermosa casa de cargadores a Indias, unos villancicos enlatados, un grupo de ciudadanos, cabreados y pacíficos, con gorros de papa Noel y velas encendidas que intentan alumbrar las maltrechas conciencias políticas.

Para colmo, esta Alcaldesa que incumple todas sus promesas, al modo Rajoy, y no ofrece explicaciones de nada, nos deja esta mañana un bonito lecto-mensaje de Navidad, al más puro estilo monárquico y a través de esos mismos medios de comunicación locales, subvencionados por el municipio y que nada quieren saber de “alumbrados extraordinarios”, donde la máxima autoridad de la ciudad nos desea prosperidad a todos los sanluqueños. Por cierto, el publiomensaje también se está repitiendo machaconamente durante todo el día en la SER. ¿Cuánto nos habra costado la cuña?

En fin, amigos, el cinismo de los que evaden las explicaciones tiene caras y tiene nombres.


Ana Gómez Díaz-Franzón
 

Más información sobre la Casa del Carril: http://www.gerionsanlucar.com/indice.html
 



 

domingo, 4 de diciembre de 2011

Presentado el libro Arquitectura del veraneo y su época en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), 1900-1950

En la noche del pasado viernes, día 2 de diciembre, tuvo lugar la presentación del libro Arquitectura del veraneo y su época en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), 1900-1950, de Ana Gómez Díaz-Franzón, que estuvo a cargo de Víctor Pérez Escolano, arquitecto y catedrático de la E.T.S. de Arquitectura de Sevilla; y se celebró en el Salón Don Benigno de Bodegas Barbadillo. 
Abrió el acto Manuel Díaz Prieto, Presidente de A.S.E.H.A., cuya asociación cultural ha editado este trabajo de investigación con el patrocinio de la Fundación Barrero Pérez y Hnos. Romero Tallafigo.
Durante su disertación, el profesor Pérez Escolano se refirió al carácter de referente turístico que tuvo Sanlúcar, desde el siglo XIX, como ciudad-balneario de litoral en el sur de España, en paralelo a las ciudades norteñas de San Sebastián y Santander. También destacó la importancia del conjunto de edificios recogidos en la obra, que trasciende lo meramente local, para formar parte de la historia de la arquitectura andaluza y española. Asimismo, Pérez Escolano aludió a la conveniencia de incluir buena parte de los edificios comprendidos en esta publicación en el Registro de la Arquitectura Contemporánea de Andalucía, cuya base de datos recopila información sobre el patrimonio arquitectónico contemporáneo del siglo XX de Andalucía.

Por su parte, Ana Gómez desglosó el contenido del libro, cuyos varios capítulos abordan la época tratada, mediante una exposición de las principales recursos económicos que tenía Sanlúcar hacia 1900, así como la situación en que se hallaban los transportes y comunicaciones, la educación, sanidad, beneficencia o la política. Asimismo, en la publicación se plasman los atractivos turísticos que la ciudad ofrecía  a los veraneantes -suavidad climática, baños de mar, aguas medicinales, hoteles y restaurantes, instalaciones recreativas, fiestas y espectáculos-, al que sigue una descripción de los ensanches y reformas urbanas acometidas durante el primer tercio del siglo XX.
La segunda parte del libro se centra en la evolución del proceso constructivo de los hoteles veraniegos y ofrece una catalogación de casi setenta edificios erigidos en la época. Por último, la autora agradeció a numerosas personas y entidades sus respectivas contribuciones a esta publicación.

Acto de presentación. Foto: Carmen Álvarez
Tras unas palabras de José Luis Barrero Jiménez, Presidente de la Fundación Barrero Pérez, cerró el acto Manuel Barbadillo Eyzaguirre, Presidente del Consejo de Administración de Bodegas Barbadillo. Finalizada la presentación, el público asistente degustó unas copas de manzanilla.




Intervención (parcial) de Víctor Pérez Escolano.


Intervención (parcial) de Ana Gómez.

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viernes, 25 de noviembre de 2011

Próxima presentación del libro Arquitectura del veraneo y su época en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), 1900-1950


El próximo viernes, día 2 de diciembre de 2011, tendrá lugar la presentación del libro Arquitectura del veraneo y su época en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), 1900-1950, de Ana Gómez Díaz-Franzón.

La presentación correrá a cargo de Víctor Pérez Escolano, arquitecto y catedrático de la E.T.S. de Arquitectura de Sevilla.

La obra ha sido editada por A.S.E.H.A. (Asociación Sanluqueña de Encuentros con la Historia y el Arte) y el acto se celebrará en el Salón Don Benigno de Bodegas Barbadillo, a las 20.00 h.


Esta publicación aborda el análisis, histórico y estilístico, de unos setenta edificios, pertenecientes a la arquitectura civil doméstica, que fueron construidos durante la primera mitad del siglo XX, cuando Sanlúcar se había convertido en una de las principales ciudades-balneario del litoral español. En su mayoría, son residencias veraniegas, denominadas entonces hoteles o villas de recreo, que fueron erigidas por sanluqueños y veraneantes en las zonas recién ensanchadas del paseo de la Calzada y las actuales avenidas de Bajo de Guía y las Piletas; en la playa de La Jara y en el centro urbano.
En conjunto, estos edificios se adhieren a los diversos estilos imperantes en aquellos años, desde el neomudéjar historicista al racionalismo, pasando por el modernismo, anglicismo o regionalismo. Fueron proyectados por destacados arquitectos de la época, como Aníbal González, Vicente Traver, Talavera y Heredia, hermanos Gómez Millán, Antonio Arévalo, Álvarez-Reyero, Smith Ibarra o Sánchez Esteve, entre otros.
Esta catalogación se encuentra precedida de varios capítulos dedicados a las principales fuentes de riqueza de la economía sanluqueña –incluido el veraneo-, los transportes y comunicaciones, la situación que se vivía en los ámbitos de la educación, la sanidad, la beneficencia o la política de aquellos años, reservándose un apartado especial a los veraneantes, como elemento dinamizador de la vida social y económica de la ciudad. Otro capítulo se ocupa de los atractivos turísticos, que ofrecía Sanlúcar a su colonia veraniega –suavidad climática, baños de mar en sus playas, manantiales de aguas medicinales, hoteles y restaurantes, instalaciones recreativas, fiestas y espectáculos-, al que sigue una descripción de las más sustanciales reformas urbanas acometidas en la ciudad durante el primer tercio del siglo XX. En todos estos apartados se ha procurado prestar una especial atención a los proyectos arquitectónicos relacionados con cada ámbito.
El libro se cierra con unos anexos donde se relacionan todos los arquitectos documentados, junto a sus obras y proyectos, además de un índice onomástico final.



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miércoles, 9 de noviembre de 2011

Las casas de cargadores a Indias en Sanlúcar de Barrameda.

Casa de la familia de la Piedra (XVIII)
 
Artículo publicado en las Actas del Encuentro Sanlúcar de Barrameda en la corriente de la Ilustración, en 1995. Texto revisado. Se incluye Anexo con los nombres de los cargadores a Indias en el siglo XVIII.

Muchas de estas casonas de cargadores han desaparecido y otras tantas han sido reconvertidas en casas de pisos, hoteles o destinadas a otros usos. Aún quedan unos pocos y extraordinarios ejemplares que se conservan prácticamente en su estado original (Moreda o Manjón en plaza del Pradillo, Ledesma en calle Carmen Viejo, González de Ceballos en calle Mar, Pastrana, actual de Terán, actual de Barbadillo (las tres en calle Santo Domingo), actual de Hernández en calle Bolsa, entre otras.

Desde el punto de vista arquitectónico el panorama san­luqueño del siglo XVIII resulta bastante enriquecedor. Durante esta centuria se construyen todavía importantes edificios religiosos y públi­cos -San Francisco, iglesia de San Agustín, Ntra. Sra. de los Desampa­rados, Ayuntamiento, Casa de la Cilla, Pósito, etc.-, pero será sobre todo la arquitectura civil residencial la que obtendrá la supremacía, especialmente durante la segunda mitad del siglo. La mayoría de estas casonas dieciochescas fueron edificadas por los cargadores a Indias residentes en Sanlúcar. Entre todas componen  hoy esa imagen majestuosa y señorial que ofrece la ciudad.

Sanlúcar de Barrameda a mediados del siglo XVIII
A pesar de los perjuicios que pudo ocasionar a la actividad portuaria de Sanlúcar el traslado de la Casa de la Contratación desde Sevilla a Cádiz en 1717, la ciudad seguirá siendo la población más numerosa de la provincia, tras Cádiz y Jerez, con sus 20.000 habitantes a finales del siglo. Y aunque, cuantitativamente, su principal actividad económica es la agricultura, no se puede hablar de decadencia comercial pues cualitativamente los mayores beneficios económicos se obtienen  del comercio y la industria, con un 70% del producto bruto final, mientras que el sector agropecuario solo contribuirá con el 29 por ciento.
En esta superioridad de la actividad mercantil debieron de influir una serie de factores generales, como la recuperación económica internacional tras la crisis del XVII; el gran impulso que cobró el comercio durante el reinado de Carlos III; así como el reforzamiento de las relaciones con América. Particularmente Sanlúcar también se vio favorecida por otros hechos, como el mantenimiento, aunque irregular, de los derechos de Aduana; su actuación como puerto complementario del gaditano; y las repercusiones del Reglamento del Consulado de 1729.
En este Reglamento se otorga un tratamiento de preferencia a la ciudad de Sanlúcar, junto a Cádiz, Sevilla y El Puerto de Santa María, al estipular que los comerciantes matriculados en la Carrera de Indias solo podrían residir en estas cuatro ciudades. Además se nombra a Sanlúcar en 1743 como lugar de celebración de las elecciones del Con­sulado de Cádiz cuyos cargos -cónsules y posteriormente priores- llegaron a ocupar sanluqueños como José García Poedo, Pedro González de Cevallos, Juan de Rosas y Céspedes y Félix Martínez de Espinosa. También la ciudad jugaría un relevante papel de arbitraje entre las dos grandes rivales: Sevilla y Cádiz.
Esta normativa favoreció que un nutrido grupo de cargado­res a Indias siguiera viviendo en Sanlúcar, aunque algunos de ellos se avencindaron en Cádiz, como Cristóbal y Jacinto Salvador de Arizón o Juan de Rosas, para vigilar sus negocios más de cerca, pero continuaron manteniendo su residencia principal en Sanlúcar.

Cargadores residentes en Sanlúcar
Debido a la capitalización obtenida por esta burguesía local, como producto del desarrollo de su actividad mercantil, tanto en los siglos anteriores como en el propio siglo XVIII, se observa en Sanlúcar un importante movimiento inversor en la edificación de fincas urbanas, sobre todo durante la segunda mitad de la centuria. Contrastando los datos que ofrecen las dos relaciones de cargadores a Indias -publicadas por Ruíz Rivera (véase Anexo)-, registrados en el Libro de Matrícula del Consulado de Cádiz -en la primera (1730-1742) no se especifica el lugar de procedencia, mientras que en la segunda (1743-1823) se inscriben 71 cargadores sanluqueños-, los cuales se suman a los localizados en los Libros de Fincas e Industria del Catastro del Marqués de la Ensenada, donde se han podido identificar a 31 sanluqueños reseñados en el Libro de Matrícula, además de otros 36 cargadores que no se hallaban inscritos en el Consulado, pero que aparecen censados en el Catastro de la Ensenada como cargadores a Indias. Así, se ha contabilizado un total de 107 cargadores residentes en Sanlúcar durante el siglo XVIII, cantidad aún provisional que podría ampliarse en futuras investigaciones.